El Vajrayāna

VAJRAYANA. sanskito. Lit. “vehículo de diamante”. Rama del budismo que se manifiesta alrededor de la mitad del la primera milenario, principalmente en el noreste y en el noroeste de la India. Esta escuela se desarrolla a partir de la doctrina Māhayāna. Desde la India y de Asia central, gradualmente ganó el Tíbet, la China y el Japón. Nacido de la necesidad de extender el pensamiento budista a las antiguas prácticas “mágicas”, esta corriente se caracteriza por la importancia dada a la ejecución de ritos, considerado como una especie de método psicológico. Al origen, el Vajrayāna estaba compuesto de pequeños grupos de discípulos reunidos alrededor de un maestro (gurú*). Hubo que esperar una etapa relativamente tardía en la evolución de este movimiento para constatar la aparición de textos tántricos fijando la doctrina vajrayāna y su integración en las instituciones monásticas. Debido al uso de ciertas sílabas sagradas o mantras*, el budismo tibetano es llamado a veces “mantrayāna”.

Las teorías Vajrayāna constituyen una tradición esotérica que combina elementos del yoga y de la antigua religión natural de la India al pensamiento budista original. Las influencias con origen del noroeste de la India tuvieron un efecto decisivo, porque introdujeron la potencia simbólica de la luz; las influencias del noreste impusieron su culto de la sexualidad que marca profundamente la iconografía. De tradición estrictamente oral en sus principios, esta escuela comienza a elaborar sistemas coherentes de pensamiento entre los siglos VI y X. Las obras más importantes son el Guhyasamâja-Tantra y el Kâlachakra-Tantra*, cuyas respectivas redacciones marcaron el comienzo y el final de este período de forma escrita. Además del conjunto complejo de Tantras, los cantos espirituales del Mahâsiddha*, dedicados a la experiencia del Mahâmudrâ*. también contribuyó a la transmisión de la doctrina Vajrayana.

En el momento de su introducción en el Tíbet, la tradición Vajrayana ya había logró establecerse dentro del budismo. El requisito previo esencial para una buen dominio de los métodos Vajrayâna en el budismo tibetano es la comprensión de las teorías de Prajnâpâramitâ tal como fueron expuestas por Nâgârjuna y Asanga. De ahí el sumommme "Vehículo de la causa" atribuido a la doctrina de Prajnâpâramitâ y el de "Vehículo del efecto", dado a la tradición, Vajrayâna.

L’iniciación por un maestro reconocido a una forma de meditación (Sadhana) teniendo como objeto una deidad específica, y todas las obligaciones inherentes a esta práctica, también juegan un papel importante en el Vehículo Diamante. Entre los medios enseñados durante esta iniciación destinados a la sublimación del individuo como un todo, encontramos la recitación de mantras, la contemplación de los Mandalas* y la ejecución de ciertos gestos rituales llamados Mudrâ. Para los seguidores budistas de Vajrayâna, el Vajra simboliza la aboliciónde toda dualidad y conocimiento de la unidad fundamental adquirida en l’Iluminación.