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El estudio de las direcciones primarias es una de las técnicas utilizadas en los pronósticos astrológicos. Se basa en el principio de que las horas posteriores al nacimiento describen etapas importantes de la evolución del nativo. Se toma en cuenta una base simbólica de 4 minutos = 1 año (algunos astrólogos trabajan con 1 grado de ascensión recta), siguiendo así todo el desarrollo de la vida.
Tiene la ventaja de permitir una buena precisión en algunos casos, pero la principal desventaja es que uno debe estar seguro del momento exacto del nacimiento, a riesgo de errores importantes en la previsión de las fechas.
Las direcciones primarias (como las Progresiones) se basan en el principio de que el nacimiento no es un acto estático fijo, sino más bien un instante de un proceso dinámico que continúa más allá de la primera respiración, las potencialidades latentes de la personalidad deberán actualizarse según un diagrama de desarrollo y una cronología de evolución.
Las direcciones primarias corresponden al estudio de los arcos del movimiento diurno formado por los planetas o puntos ficticios, y su aproximación a la configuración del tema natal, toda la vida se desarrolla en las horas posteriores al nacimiento.
Por lo tanto, las direcciones primarias están directamente relacionadas con la importancia de las casas astrológicas (la domificación), que acompaña al movimiento diurno, la rotación de la tierra de oeste a este que produce el movimiento aparente de los astros.
Gracias a las direcciones primarias, podemos fechar ciertos eventos importantes que marcan la vida del nativo, pero el “período de efecto” de las direcciones es muy difícil de medir, ya que 60 segundos de dirección son equivalentes a 3 meses, la precisión de la medida debe ser rigurosa, pero el error sigue siendo fácil.
Los principales puntos estudiados se llaman índices significadores, son los más relevantes en sus movimientos y en los aspectos que forman:
• El Sol, por la voluntad, la radiación, la individuación, la salud, el animus.
• La Luna, para la vida privada, la vida cotidiana, el equilibrio fisiológico, el Anima.
• El Ascendente, en todo lo que concierne a la personalidad y la vitalidad.
• El Mediocielo, en el entorno socio-profesional, y el logro de las metas.
Ciertos astrólogos agregan la Parte de la fortuna u otras “partes” de la astrología árabe. Pero en lo absoluto, cualquier desplazamiento que involucre algún cuerpo celeste o punto ficticio es más o menos significativo.
En asuntos de astrología, cuando se estudia el cielo bajo una perspectiva de sincronicidad (es decir, considerando la analogía entre el determinismo psíquico y cósmico) es inexacto hablar de azar (1). El movimiento de los planetas, el cambio de sectores (o casas) y signos astrológicos, las relaciones angulares (aspectos), los puntos medios, ficticios, asteroides, cometas, estrellas fijas, etc, todo adquiere un valor significativo y simbólico.
Una atención particular debe ponerse en el tratamiento de las casas astrales. Una domificación Placidus destaca el movimiento planetario diurno, que corresponde mejor a la analogía aparente en el sistema de direcciones primarias. Una domificación con casas iguales puede ser importante para destacar ciertos aspectos en cuanto a la duración de eventos particulares. Todo depende también si se utiliza un zodíaco sideral o tropical. El zenit y el nadir también son significativos, en tanto que apogeos del hemisferio diurno y nocturno respectivamente. Tienen una relación angular constante de 90° con el ascendente y el descendente.
La interpretación de las direcciones primarias, las progresiones secundarias, las revoluciones (solar y lunar), los tránsitos o cualquier otra técnica de pronóstico, está subordinada a la interpretación básica de la carta natal. Las direcciones no cambian esencialmente las tendencias natales, sino que éstas siempre conservan su dinamismo y su capacidad de traducir los movimientos vitales primarios. A lo sumo pueden, modificar momentáneamente o matizar ciertas potencialidades, pero las tendencias siempre siguen vinculadas al tema natal original.
Por ejemplo, si la carta natal contiene un dominante de Saturno, las direcciones que lo conciernen son de gran importancia, pero son independientes de los significantes propios de Saturno. Las direcciones primarias no crean la dominante, sino que indican su expresión. Toda tendencia tiene en su ejercicio un mínimo de plasticidad, y esto se evidencia en el hecho de que en el mundo real no existe la absoluta identidad.
Las direcciones primarias pueden ser una herramienta auxiliar en la investigación que efectúe un astrólogo en un procedimiento previsional, ayudando, por ejemplo, a determinar ciertas fechas, pero en sí mismas ellas no están exentas de inconvenientes mayores.
Por definición, para el uso de las direcciones primarias se necesita una hora precisa y cierta de nacimiento, sobre todo para poder ubicar con precisión los ángulos Ascendente y Medio Cielo, y efectuar la domificación. Un error o una aproximación de 4 minutos puede inducir un retraso de un año en las fechas, lo que significa que el asunto se hace que rápidamente problemático. Si se quiere beneficiar de toda la precisión posible con el sistema de direcciones primarias, es útil realizar al menos una corrección de la hora de nacimiento, o por lo menos una verificación parcial.
En comparación, con las progresiones secundarias, un error de 2 horas del momento del nacimiento provoca un desplazamiento de solo de un mes, por lo que son preferibles en la mayoría de los casos con una proporción de menor error.
Si el tiempo realmente es poco fiable, esta técnica rápidamente se vuelve incierta y aleatoria para realizar un pronóstico acertado. Si hay una brecha demasiado grande al principio, incluso cuando los planetas lentos se mueven lo mínimo, el error no puede ser evitado. Por esa causa nuchos astrólogos prefieren usar en su lugar a las progresiones secundarias.
Para perfeccionar las interpretaciones en los pronósticos astrológicos, muchos astrólogos utilizan simultáneamente varias técnicas de pronósticos y muy raramente hacen un estudio aislado de las direcciones primarias.
(1) La sincronicidad no es una relación causal ni temporal entre dos eventos sino simbólica y analógica. Ella también excluye toda noción de azar o casualidad.
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